Cuando creas un proyecto, le dedicas mucho tiempo y esfuerzo y quieres conseguir la mejor versión posible. Desde la investigación en profundidad de la temática hasta la elección de los materiales que te servirán para divulgar la información que vas a transmitir. Y, aunque cuando estás en este proceso puedas tener en mente a qué personas puede ir dirigida tu iniciativa, es importante ir más allá y considerar otros colectivos a los que pueda aportar valor.
Desde Siete Estrellas – SocialMente queremos ayudarte a conseguir el máximo impacto posible con tu proyecto, así que te proponemos 3 claves a tener en cuenta cuando vayas a adaptar tus materiales para que puedan utilizarlos personas con Diversidad Funcional. ¡Allá vamos!
1. Revisa la metodología
Cuando hayas definido los pilares y la metodología que vas a seguir, para, revisa, añade y modifica. Estudia si los objetivos y la estrategia que has elegido siguen teniendo validez para personas con Diversidad Funcional, o si pueden reenfocarse para que den respuesta a las condiciones particulares de este colectivo.
Para alcanzar tu fin, es imprescindible que cuides la comprensión y asimilación de tus contenidos. Por eso, te recomendamos que utilices términos sencillos y de lectura fácil.
2. Adapta las actividades
Una vez hayas repasado la metodología, le toca el turno a las actividades propuestas; esas dinámicas lúdicas y visuales que buscan que se asimilen los conocimientos de la manera más amena posible y que también se deben adaptar si quieres que se ajusten a la realidad de las personas con Diversidad Funcional.
Por ejemplo, será de gran utilidad que utilices recursos como los pictogramas (que ayudan a las personas con afecciones en el habla) o las texturas, colores llamativos, grabación de textos y braille (para personas con visión reducida). Estudia qué formatos accesibles pueden servir para ayudarles en el desarrollo de sus competencias y busca la manera de implementarlos.
3. Fomenta la autonomía
La última clave es que vayas más allá y pienses cómo los materiales que has preparado pueden aumentar la autonomía de las personas de este colectivo. Y puede ser algo tan sencillo como asegurarte de que cuando usen tus recursos, sean capaces de extrapolar los conocimientos y ponerlos en práctica en su rutina diaria.
Y por supuesto, es clave dejar de considerarlos como sujetos pasivos: contar con la opinión de personas con Diversidad Funcional e incluso hacer con ellos y ellas test de usabilidad, te permitirá asegurarte de que el resultado final sea apto para su uso y que realmente aporte valor.
Un ejemplo real: el caso de la Fundación Mutualidad Abogacía
En Siete Estrellas – SocialMente extraemos aprendizajes de cada uno de los proyectos en los que trabajamos, y en este caso, el ‘Laboratorio Ahorro y Consumo’ de la Fundación Mutualidad Abogacía nos inspiró mucho.
Se trata de un programa de intervención socioeducativa, que tiene por objetivo que niños, niñas y adolescentes aprendan qué es el consumo responsable, la economía circular o la innovación social, entre otros. Sin embargo, no querían cerrar la puerta a llegar a otras personas o colectivos, por lo que la iniciativa se difundió a entidades muy diversas.
Una de ellas fue una fundación cuyos usuarios y usuarias son personas adultas con Diversidad Funcional que, al recibir los materiales, vieron que necesitaban adaptarse. Ya que las actividades, por ejemplo, giraban en torno al momento evolutivo de los jóvenes entre 6 y 17 años y utilizaban recursos infantiles.
Una de las acciones clave, por tanto, fue adaptar los recursos a una realidad adulta: donde los aprendizajes no buscasen tanto el entretenimiento, sino el empoderamiento de las personas para que pudiesen tomar decisiones de manera autónoma. Y así, por ejemplo, aprendieran a gastar de manera consciente o a ahorrar por ellos mismos y mismas.
En definitiva, si te enfrentas a una situación de este tipo o directamente quieres crear tu iniciativa con materiales adaptados para varios colectivos, recuerda: empieza por la base (la metodología y los objetivos a conseguir), asegúrate de que las actividades se sitúan en la realidad de las personas a las que quieras llegar, y no te olvides de fomentar en la medida de lo posible que los aprendizajes sean aplicables en su día a día y de manera autónoma.
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