Comunicación inclusiva: cómo integrarla en el día a día de tu organización

inclusión

La comunicación inclusiva va ganando puntos. Mientras ciertas voces nos hablan de economía del lenguaje, por nuestra parte encontramos formas de que haya comodidad en el uso de la comunicación inclusiva. ¡Se puede!

La inclusión y la diversidad, claves en las empresas

La diversidad se está viendo clave en las nuevas empresas y en aquellas que quieren cambiar su cultura para hacerla acorde a los nuevos tiempos. Eso sí, no siempre hay una buena estrategia para implementarla.

En 2016, el índice I&G de la Fundación Acoge revelaba que se llevaban a cabo múltiples acciones por la diversidad y la inclusión, pero que no tenían por qué correlacionarse con el compromiso corporativo y con unos indicadores para evaluarlas.

Dos años más tarde, la nueva edición del informe refleja resultados más positivos. El 69% de las empresas que han estudiado dice tener instrumentos para la evaluación de las medidas por la diversidad y la inclusión. Asimismo, alegra saber que «9 de cada 10 empresas asumen la variable de género como un valor fundamental en su política corporativa».

La inclusión tiene beneficios tanto a un nivel individual como social. Desde un punto de vista colectivo, se aumentará la cohesión social. Yendo al otro nivel, conseguiremos que aumente la percepción de bienestar.

La inclusión comienza en la palabra

¿Quieres practicar una comunicación inclusiva? A menudo, se asocia al lenguaje no sexista, pero va mucho más allá. De todos modos, las pautas para no caer en un lenguaje sexista son un buen punto de arranque.

El lenguaje se ha utilizado de manera diferente según el género. Así, en las mujeres se decía «señora» o «señorita» en función del estado civil. Junto a esto, ciertas palabras son usadas en femenino con una connotación negativa. No es lo mismo decir zorro, para denotar a alguien astuto, vivaz, espabilado a usar la palabra zorra con un tono negativo, por ejemplo.

Consejos para un lenguaje no sexista

¿Te encuentras ante un público numeroso de asistentes? Puedes decir «quienes asistieron», «la audiencia«, «la gente», «el público», «las personas que asistieron»… ¡Será por opciones!

En los últimos meses, los políticos han acaparado todas las pantallas y emisoras de radio. ¡Y no solo políticOS! Había mujeres, y podemos hacer que queden reflejadas diciendo «clase política«.

Los eventos son posibles porque hay personas detrás encargándose de llamar a quienes van a protagonizar las ponencias, y volcadas de igual forma en la comunicación y en el diseño de la programación de contenidos de la jornada. Como trabajarán hombres y mujeres, digamos mejor: «la coordinación del evento«.

Las empresas y organizaciones no se sostienen en empleados, sino en empleados y empleadas, trabajadoras y trabajadores… o, simplemente, equipo.

Lenguaje inclusivo más allá del género

Por otra parte, hemos avanzado mucho en el ámbito del lenguaje aplicado a las personas con discapacidad. Inválido/a, minusválida/o, disminuida/o son términos en desuso, de los que realizas búsquedas en internet y solo encuentras entradas en los inicios del 2000 ya que son palabras incorrectas que denotan algo negativo. Lo preferible, para que no sea peyorativo, es decir «persona con discapacidad«. No valdría con decir discapacitado/a a secas, pues se volvería a caer en las etiquetas degradantes. La persona tiene una discapacidad, pero esta no la define.

Para seguir siendo inclusivos/as, si queremos definir cuál es el tipo de discapacidad, evitemos decir es sordo/a, es tetrapléjico/a, etc. Es tan fácil como decir siempre «persona con», delante del tipo de discapacidad al que nos estamos refiriendo. Y si comparamos a un grupo de personas con discapacidad con otro que no la presenta, digamos “el resto de la población”, en lugar del manido “personas normales”. ¿Qué te sugiere esta segunda expresión? Pensar en lo que evoca un concepto es un truco muy útil para saber elegir mejores formas de comunicar algo.

Posiblemente, también hayas escuchado conceptos como «diversidad funcional» o «capacidades diferentes«, dependiendo del medio, algunos consideran que pueden llevar a confusión y que el segundo se consideraría un eufemismo. El lenguaje está en constante cambio y debemos adaptarnos a él usando términos más inclusivos y menos lesivos. Lo más correcto y lo que utilizamos en Siete Estrellas es hablar de “diversidad funcional”.

El sensacionalismo no es aliado del lenguaje inclusivo. ¿Sufre de? ¿Postrado/a en? Mejor describamos la realidad, digamos que tiene tal cosa, o que es usuaria/o de silla de ruedas.

La diversidad y la inclusión en Siete Estrellas

Más innovación, más creatividad, más eficiencia y motivación, más talento. En Siete Estrellas apostamos por la diversidad y la inclusión.

Desarrollamos un Plan de Igualdad de Oportunidades y tenemos un recurso abierto para quienes queráis profundizar más en el uso no sexista del lenguaje. Paralelamente a nuestras iniciativas a nivel interno, en nuestros programas introducimos las perspectivas de género, inclusión y diversidad con diferentes metodologías y trabajando en los ámbitos individual, familiar, grupal y sociocomunitario. ¿Necesitas ayuda en algún proyecto? Cuéntanos tu idea o necesidad en nuestro servicio de consultoría técnica.

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