Desde el 26 de noviembre de 2007 se celebra cada año esta jornada de concienciación. Fue entonces cuando la Asamblea General de la ONU declaró el Día Mundial de la Justicia Social. El tema de este año es «Cerrar la brecha de las desigualdades para lograr la justicia social». El objetivo: una globalización equitativa, la convivencia en paz y el progreso de las sociedades.
Según la declaración, con este día se pretende «apoyar la labor de la comunidad internacional encaminada a erradicar la pobreza y promover el empleo pleno y el trabajo decente, la igualdad entre los sexos y el acceso al bienestar social y la justicia social».
La justicia social, imprescindible para una globalización equitativa
En junio de 2008, tras el estallido de la crisis financiera, la OIT adopta la «Declaración sobre la justicia social para una globalización equitativa y trabajo decente». Se intenta hacer frente a los profundos cambios en el mundo laboral que conlleva la globalización. La realidad es que, si bien es una fuente de oportunidades, también pone sobre la mesa grandes desafíos. Muchos trabajadores y trabajadoras se han tenido que desplazar, se han deslocalizado producciones y apuntalado desigualdades ya existentes. Aunque la globalización ha generado nuevos empleos, también ha hecho crecer la diferencia de ingresos entre unas personas y otras.
Algunas sociedades se han recuperado de la crisis, pero las menos avanzadas siguen deteriorándose. Por esta razón, luchar contra las desigualdades entre naciones es prioritario. Pero el objetivo de un crecimiento inclusivo, que beneficie a todas las economías y personas aún está lejos de cumplirse. Lo cierto es que, según la propia ONU, una de cada 5 personas trabajadoras es pobre, muchas de ellas ven cómo se congelan sus sueldos, la desigualdad de género parece perpetuarse, el poder y el dinero cada vez se concentran más y el crecimiento económico no beneficia a todos los miembros de la sociedad por igual.
Para erradicar la pobreza, favorecer el bienestar social, alcanzar el pleno empleo y la igualdad de género, la justicia social debe estar en el centro de toda las estrategias. Así se concluye con la adopción de la Agenda 2030 junto a la Declaración de 2008 de la Organización Internacional del Trabajo sobre la justicia social.
¿Cómo se defiende la justicia social?
Todos los actores sociales deben estar comprometidos con su consecución. Así, los principios que promueven la justicia social los defendemos cuando:
- Trabajamos por la igualdad de género y entre las personas, sea cual sea su procedencia.
- Eliminamos barreras relacionadas con el género, la etnia, la edad, la religión o la discapacidad.
- Promovemos el diálogo social.
- Fomentamos el trabajo digno, el acceso al empleo y la retribución justa.
De esta manera, el papel de los orientadores y orientadoras sociolaborales es clave para promover la justicia social. Ayudan a la personas a desarrollar todo su potencial, logrando sus objetivos personales y beneficiando a la sociedad en su conjunto. Se favorece así la igualdad de oportunidades, eliminando obstáculos que provoquen desigualdad en el acceso al mundo laboral o educativo.
La perspectiva de la colaboración y de la participación, así como del empoderamiento de los individuos, redunda en una sociedad más justa e igualitaria. Desde la orientación, además, se debe fomentar el espíritu crítico de las personas, así como la capacidad para detectar injusticias y actuar en comunidad contra ellas. Todas estas tareas se incluyen tanto en la intervención social como en la orientación sociolaboral, áreas que desarrollamos en Siete Estrellas Socialmente desde hace más de dos décadas.