…seguro que nos han preguntado las personas con las que trabajamos alguna vez. Y es posible que la pregunta incomode y la respuesta también, porque el propio término, en sí, sigue teniendo un algo, a pesar de todo.
Cada cual tiene su definición propia sobre lo que es el feminismo, y, además, sería imposible sintetizar en estas líneas todo su recorrido y sus múltiples dimensiones. Pero creemos importante recordar dos cosas: es una teoría y también una práctica. Teoría que observa e interpreta la realidad, identificando las múltiples opresiones que afectan a las mujeres, y práctica que propone acciones y estrategias para luchar contra ellas y construir un mundo más habitable.
El feminismo viene de muy atrás y de muchos lugares, y se ha colado en nuestras vidas, a veces, sin que nos diéramos cuenta. Quizá sin nombrarlo así, fueron feministas nuestras abuelas cuando construían crianzas compartidas con sus vecinas, lo fuimos en nuestras infancias cuando jugábamos a cosas que no eran propias de nuestro sexo, lo fuimos en la adolescencia cuando le poníamos el hombro a una amiga y pensábamos con ella si su relación no era del todo justa.
Pero nuestra socialización en un mundo patriarcal también nos juega malas pasadas. Y a veces, sin querer, naturalizamos que, sistemáticamente, los varones de nuestros grupos ocupen más espacio o tomen más la palabra mientras que las mujeres sostienen roles y tareas de menor reconocimiento, tan invisibles como imprescindibles.
Ser feminista implica un trabajo permanente. No es sólo una palabra, algo en lo que nos convertimos como por arte de magia o una cuestión que exista en el mundo de las ideas. Más bien es algo que nos interpela a pensarnos todo el tiempo y a reflexionar cuán feministas son nuestras prácticas para descubrir, a veces, que no lo son tanto y poder cambiarlas. Porque a veces también nos equivocamos, claro.
Por eso, desde la Comisión de Igualdad os animamos a reformular la pregunta inicial. Del ¿eres feminista? al ¿estoy siendo feminista en lo que hago? Porque, a fin de cuentas (y más en un trabajo como el nuestro), somos lo que hacemos más que lo que pensamos o lo que decimos.
Estamos en un momento complejo. Una fuerte reacción que teme nuestros avances y nos descalifica, generando confusión sobre lo que es el feminismo. Pero también un movimiento grande, que no para de crecer, que entre otras cosas, hoy 8M, convoca una huelga feminista para evidenciar nuestra situación desigual en los ámbitos laborales y educativos, pero también en relación a los cuidados y al consumo. Una propuesta que invita a pensar que la vida puede ser diferente y más digna, y que se puede construir ya, desde nuestras prácticas, cada día.
Marzo y noviembre vienen cargados de planificaciones moradas y actividades varias en torno a las mujeres, más o menos automáticas, más o menos elaboradas, más o menos transversales. Estos momentos de visibilización concreta son importantes, pero, ante todo, el hacer cotidiano.
Pensemos y hagamos, hagamos y pensemos. Este ida y vuelta es imprescindible. Y la Comisión de Igualdad puede ser un espacio para ello, como tantos otros.
Si os apetece participar, como siempre, AQUÍ ESTAMOS.
Comisión de Igualdad de Siete Estrellas – SocialMente