A lo largo de los más de 20 años que llevamos trabajando en toda clase de proyectos socioeducativos desde Siete Estrellas – SocialMente, hemos podido realizar nuestra labor con miles de participantes. Pero, como organización, cumplir años también conlleva que menores con los que trabajamos hace tiempo vayan haciéndose mayores. Aunque lo que seguro que no podíamos imaginar cuando nos pusimos en marcha, es que uno de los niños o niñas que intervendríamos iba a acabar siendo un trabajador de Siete Estrellas – SocialMente de adulto.
Pero eso es lo que ha pasado con David Ruano, quien participó en varios proyectos de infancia y juventud en Rivas-Vaciamadrid, su localidad natal, y que ahora, a sus 22 años, participa como monitor y coordinador de tiempo libre con nosotras y nosotros. Con él hemos querido charlar para hacer un recorrido por estos más de 20 años y, también, ver cómo se ve el trabajo que realizamos desde los dos lados del espejo:
- Muy buenas, David. Empecemos si quieres contándonos quién eres y a qué te dedicas actualmente en Siete Estrellas – SocialMente.
Me llamo David Ruano y tengo 22 años. Soy vecino de Rivas Vaciamadrid desde pequeño. Durante mi infancia y adolescencia, participé en diversos proyectos de infancia y juventud del Ayuntamiento de Rivas, que organizaba Siete Estrellas, además de los campamentos urbanos durante las vacaciones. Actualmente soy monitor y coordinador de tiempo libre. He trabajado en varios campamentos y extraescolares de Siete Estrellas, y he terminado el grado en Educación Primaria con mención en lengua extranjera (inglés) en la Universidad Rey Juan Carlos, por lo que también aspiro a ser maestro de Primaria en educación formal.
- Se da la casualidad de que fuiste participante de una de las actividades de Siete Estrellas siendo niño y ahora eres profesor en la organización. ¿Qué recuerdo tienes de esa etapa? ¿Qué edad tenías?
Así es. Desde primero hasta sexto de Primaria fui miembro del Foro Infantil de Rivas, y durante toda la ESO y Bachillerato participé en el Foro Juvenil. Además, era un participante habitual de los campamentos urbanos de Navidad, Semana Santa y verano; así como de los días no lectivos, pues mis padres trabajaban y optaban por dejarme en estas actividades para la infancia.
Tengo un muy buen recuerdo de esta etapa. Aprendí un montón de cosas y la relación con monitores, monitoras y participantes era excelente. Aún recordamos anécdotas con algunos compañeros y compañeras con los que he coincidido posteriormente en los proyectos de Siete Estrellas, ahora como monitores.
- ¿Crees que extrajiste algo de aquella etapa que te ha hecho, que ahora estés también desarrollándote como monitor y educador?
Por supuesto que sí. De hecho, creo que esa fue la clave. Si no hubiera sido participante de niño de estas actividades de educación no formal, probablemente no me hubiera dedicado a ello de mayor. Creo que lo más importante que aprendí es que se puede mejorar nuestra sociedad educando en valores a los niños y niñas, que serán los adultos del futuro, y que también tienen mucho que decir en el presente. Por eso quise ser educador, para aportar mi granito de arena.
De mi paso por el Foro Infantil y Juvenil extraje valores, muy relacionados con lo social y lo humano, y cogí conciencia de la importancia de este tipo de actividades para aprender a relacionarse y vivir en sociedad con la mayor armonía y empatía posibles.
Aprendí también que los niños y las niñas tienen derecho a opinar en los asuntos que les incumben de la sociedad, y que tienen capacidad para ello. De esto trataban esos proyectos, de aportar nuestro granito de arena para mejorar Rivas y la sociedad en su conjunto, aportando nuestro punto de vista y planteando nuestras inquietudes y necesidades.
De actividades más lúdicas como los campamentos urbanos, extraje un montón de recursos, experiencia e ideas que me sirvieron posteriormente cuando hice el curso de monitor de tiempo libre y el de coordinador; y actualmente cuando ejerzo como tal.
- Ahora desarrollas tu actividad como profesor de inglés y como educador y coordinador en campamentos ¿Qué tal la experiencia?
Muy buena. El trabajo es duro y no todo el mundo está preparado para ello, especialmente cuando se coordinan campamentos largos en verano, pues tenemos una gran responsabilidad y muchos factores a tener en cuenta: el equipo de monitores y monitoras, los y las participantes, las familias, las actividades y el programa, las condiciones meteorológicas, las instalaciones del centro donde se desarrolle la actividad… Pero siempre merece la pena.
Además, siempre contamos con el apoyo de la persona responsable de la empresa, que nos facilita mucho el trabajo y nos resuelve cualquier duda que podamos tener. Me consta también que el Ayuntamiento de Rivas hace un gran esfuerzo para que la actividad se desarrolle de la mejor manera posible.
Creo que básicamente se trata de tener la oportunidad de ir aprendiendo cada día en la actividad en la que participes, e ir adquiriendo experiencia y desarrollándote como educador, monitor o profesor. Para los que nos dedicamos a ello por vocación, poder trabajar en lo que te gusta es un lujo.
Mi experiencia en los últimos años ha sido buena, creo que he podido aportar bastante y que he mejorado mucho, aprendiendo de mis compañeros y compañeras, y sobre todo de los y las participantes de la actividad. Al fin y al cabo, ellos son los destinatarios, y su percepción final es lo más importante.
- ¿Cómo es ver con el paso de los años los proyectos socioeducativos desde los dos lados?
Es muy interesante. Cuando eres niño disfrutas la actividad y te llevas aprendizajes y un buen recuerdo de ella; pero cuando eres tú quien colabora en organizarla y llevarla a cabo, te das cuenta de todo el trabajo que hay detrás. Es muy emocionante trabajar ahora en los mismos espacios, colegios o centros de infancia en los que realicé actividades de niño o incluso dormí en los fines de semana con pernocta (como es el caso de los Foros), y pensar que algunos de los y las participantes que tenemos ahora en los proyectos puedan también dar el salto al otro lado en un futuro y tenerlos como compañeros y compañeras en las actividades, como ha pasado con tantos de nosotros y nosotras.
Como he dicho antes, he coincidido trabajando con compañeros y compañeras con los que coincidí de pequeño en estos proyectos, y tenemos una visión más amplia del mismo por haberlo vivido desde ambos lados. Creo que ambas perspectivas son importantes, porque hay que ser consciente tanto de lo que se ofrece en la actividad como de la forma en la que se percibe por parte de los y las participantes.
Sinceramente, ahora me doy cuenta de la calidad de los proyectos de Siete Estrellas, al menos en los que yo he participado. He trabajado como monitor y coordinador en otras empresas y no tiene nada que ver. Aquí tenemos mucha libertad para diseñar juegos y actividades, sobre todo en las extraescolares. Pero también se exige mucho al equipo de monitores y monitoras, no vale cualquier cosa. Está todo medido y perfeccionado con el paso de los años. Por eso se consigue ofrecer una calidad tan buena y las familias lo agradecen tanto.
- A una familia que esté pensando en apuntar a sus hijos o hijas a campamentos de este tipo. ¿qué les dirías?
Está claro que los niños, niñas y jóvenes tienen que pasar tiempo en familia y en casa, y que es súper importante. Pero también debe haber momentos para que se relacionen con sus iguales en un ambiente lúdico y distendido, con un equipo de monitores y monitoras que les van a atender con muchísimo interés y vocación, y para que aprendan valores y otras realidades.
Les diría que hoy en día necesitamos conocer otras formas de ocio, y que este tipo de actividades enseña precisamente a los niños y niñas otra forma de pasarlo bien, más vinculada al deporte, las habilidades artísticas y las relaciones sociales, y no tanto a lo audiovisual o a los videojuegos. En el caso de la juventud, estos proyectos aportan muchísimo a la forma de relacionarse y entender la sociedad y nuestro papel en ella de los y las jóvenes.
Por tanto, recomiendo que apunten a sus hijos e hijas a distintas actividades de educación no formal, para que puedan aprender tantas cosas que no se enseñan en el colegio, se lo pasen bien, forjen amistades que durarán muchos años, y quizás descubran una vocación de futuro, como fue mi caso.
Casos como el de David son un orgullo para nuestra organización. Personas que han estado en los dos lados de nuestra labor y a la que esta ha impactado para dirigir su actividad laboral y sus valores. En Siete Estrellas – SocialMente, trabajamos en diversos proyectos socio-educativos con ayuntamientos, instituciones y empresas, poniendo siempre a las personas en primer lugar. Si quieres conocer más sobre nuestra labor, aquí puedes conocernos más y ver todas nuestras áreas de actuación.