Cómo se trabaja en la autonomía de una persona con diversidad funcional desde un proyecto socioeducativo

Actividades de ocio con niños y niñas con diversidad funcional

A menudo cuando pensamos en el colectivo de las personas con diversidad funcional pensamos que lo primero en lo que se debe atender a estas personas es en adaptar espacios y procesos para ayudarles en su integración física. Y esa es una parte fundamental e ineludible, pero no la única.

Las personas con diversidad funcional a menudo también suelen necesitar un acompañamiento socieducativo que fomente su integración desde varios ángulos.

En Siete Estrellas – SocialMente hemos trabajado en varias proyectos de forma específica con personas con diversidad funcional.

Por poner un par de ejemplos:

  • Ocio Activo Fuencarral: Este proyecto está dirigido a personas con diversidad funcional y tiene varias actividades dentro del propio proyecto: Talleres de ocio (baile, creatividad, música…) clases de natación, salidas urbanas y una vez al mes salidas con pernocta. Además de un campamento en el mes de julio.

  • CRMF en movimiento: Un proyecto que hemos empezado hace poco, donde una profesional realiza talleres y actividades deportivas que complementan el itinerario de inserción de las personas con discapacidad o con diversidad funcional.

Cómo fomentar la inclusión de las personas con diversidad funcional

Para conocer cómo se puede fomentar desde el ámbito socioeducativo la inclusión de este colectivo hemos hablado con Rebeca Brandi, directora de proyectos en Siete Estrellas – SocialMente.

Ella nos cuenta que “siempre que programamos una actividad, ya sea en un campamento, en una actividad en calle, con mayores, menores, mujeres, personas con diversidad funcional, programamos actividades que de forma transversal se trabajan valores, habilidades sociales, etc…”

Por ejemplo, prosigue: «Si hacemos una gymkana siempre vamos a trabajar la igualdad y el respeto, vamos a hacer que nuestros participantes sean protagonistas de esta actividad, que participen de forma activa en el proceso y de esta forma puedan empoderandose, dándoles un clima propicio para que se desarrollen en todos los sentidos… Esta forma de trabajar es la marca de la casa«.

En el proyecto de ocio activo de Fuencarral, las actividades que se programan buscan el empoderamiento de los y las usuarios, siendo el ocio y un medio para llegar a los objetivos. A través de talleres, dinámicas, y juegos se trabaja la autonomía, la creatividad, las habilidades sociales…

Por ejemplo, sigue ejemplificando Brandi, “si realizamos una dinámica de presentación donde el/a participante tiene que presentarse a un grupo, estaremos trabajando la pérdida de la vergüenza, poder hablar en público… o si hacemos una dinámica de participación donde tienen que en grupo tomar una decisión respecto a un dilema que les hemos propuesto, esto hará que los y las participantes entrenen habilidades como la escucha activa, la argumentación, el respeto, etc… todas estas habilidades son importantes a la hora de poder relacionarse con otras personas en su vida cotidiana”.

También se fomenta la mejora de su movilidad y autonomía física

En el caso del CRMF las acciones que se llevan a cabo están encaminadas a la recuperación de facultades físicas que permiten la autonomía del usuario/a. Es decir: si se trabajan ejercicios para la mejora de los movimientos de los brazos, muñecas o manos, eso permitirá al usuario poder abrocharse la camisa solo o sola.

Para finalizar, le preguntamos a Brandi sobre cuáles son las ‘barreras invisibles’ que a veces no vemos al acercanos a este colectivo:

“Las barreras que una persona con diversidad funcional encuentra en su camino son muchas”, explica. “Las físicas, poco a poco van desapareciendo, ya que hay leyes que obligan a poner rampas, o a tener baños adaptados… pero queda mucho por hacer… Tener una rampa que permita el acceso está bien, pero no sirve de nada si no hay actividades para este colectivo, una biblioteca que no tiene sección de literatura de lectura fácil o en Braille, por muchas rampas que tenga, no está adaptada a las necesidades de todas las personas”, señala.

Pero fuera de los servicios o adaptaciones que se dirigen a este colectivo, hay que sumar las barreras sociales que las personas con diversidad funcional y sus familias tienen que superar. “La sociedad en general aún tiene muchos prejuicios con las personas con diversidad funcional, desde el propio lenguaje peyorativo que históricamente se ha usado, la forma que se les retrata en los medios… y sobre todo la poca información que se tiene”, explica la directora de proyectos de Siete Estrellas – SocialMente.

La importancia de seguir trabajando

Según su opinión, “es necesaria más oferta para poder dar a las personas con diversidad funcional las mismas opciones que al resto de personas, y enfocarlo desde el prisma de la integración, no hay que hacer actividades para “ellos” sino hacerlas para todos y todas. Y además hacer más campañas de sensibilización e información acerca de la realidad que viven estas personas y sus familias”.

Desde Siete Estrellas – SocialMente seguiremos aportando nuestro granito de arena colaborando con todo tipo de Instituciones y organizaciones en llevar a cabo las actividades, acciones y campañas más efectivas para la integración socioeducativa de este colectivo.

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