Como sociedad estamos en constante evolución y aprendizaje respecto al enfoque de género. La realidad va transformándose a pasos agigantados y la intervención social debe adaptarse y transformarse al ritmo que la ciudadanía necesita.
A nuestro alrededor surgen cada día cuestiones y preguntas en relación a la igualdad y a la perspectiva de género. Muchas de ellas no sabemos responderlas todavía; otras, se responden solas. Aunque curiosamente, algunas de ellas quizás eran preguntas que jamás se habían planteado en voz alta.
Queremos compartir con vosotros y vosotras algunas de las preguntas que nos hacemos diariamente. No tenemos la respuesta “correcta” pero os invitamos a que este “cuestionamiento de género” continúe.
¿Cuándo programas tu proyecto o actividades de intervención social lo haces teniendo en cuenta el género de las personas participantes?
Hasta ahora muchos creían que las intervenciones sociales son neutras en términos de género, que se ejecutan de manera indistinta y equitativa para mujeres y hombres. Pero la realidad es que el género modifica inevitablemente esa relación: cualquier acción, programa o proyecto tendrá un impacto diferente sobre los hombres y mujeres, debido a sus características de género.
El análisis de género es una herramienta práctica que nos permite detectar las diferencias y desigualdades entre mujeres y hombre que puedan ser relevantes para nuestro proyecto o intervención, y de este modo, adaptarlo a sus necesidades y circunstancias específicas.
Las herramientas de análisis de género se pueden aplicar tanto en la gestión del ciclo del proyecto como en la atención directa a los colectivos. Y es importante que se realice de modo participativo, consultándose desde el principio a los hombres y mujeres que se verán afectados por el proyecto y trabajando con ellos y ellas los cambios que queremos lograr.
¿Crees que tienes un trato diferente con los niños que con las niñas?
Seguramente a esta pregunta la mayoría responderemos que no. Pero, ¿y si profundizamos un poquito más?
¿Les riñes y alabas igual?, ¿te resulta más fácil pedir ayuda para recoger y organizar el material a las chicas?, ¿sueles pedir ayuda a los chicos para mover cosas de sitio?, ¿a veces pides a las niñas de tu grupo que te ayuden a cuidar o poner atención sobre algún niño que se porte mal?
Los estereotipos de género son juicios o prejuicios que se fundamentan en una idea preconcebida y se imponen a los hombres y mujeres sin tener en cuenta su individualidad. Son modelos en los que es necesario encajar para ser aceptados socialmente como hombres y mujeres. En resumen, tópicos acerca del “deber ser”.
Estos estereotipos no solo afectan a las mujeres, también los estereotipos masculinos son susceptibles a ser cuestionados. Desde hace un tiempo escuchamos hablar de las nuevas masculinidades, un tema que surge por un lado, del cuestionamiento de las percepciones y actitudes de los hombres respecto a los cambios de las mujeres, y por otro, de la propia autopercepción, roles y espacios asumidos por los hombres.
¿Utilizas un lenguaje inclusivo a la hora de hablar o escribir? ¿Y a la hora de seleccionar canciones o imágenes para tus actividades tienes en cuenta el enfoque de género?
Sabemos que al principio puede costar, pero utilizar en la medida de lo posible un lenguaje inclusivo, permite reflejar fielmente la realidad, compuesta por niños y niñas. Nuestras lenguas son ricas en vocabulario. En algunos casos puedes utilizar el masculino y el femenino, pero tenemos muchas otras palabras que engloban ambos géneros: alumnado, personal docente, la ciudadanía, la juventud, las personas, la infancia,…
Las imágenes y canciones que utilicemos en nuestras dinámicas también deberían pasar el filtro de género. Todo suma para mostrar otro mundo posible. Intentemos mostrar ejemplos diversos, y si no es posible, que sea una oportunidad para analizar críticamente los materiales con los y las participantes.
¿Estamos potenciando el empoderamiento femenino en este proceso participativo?
Los conceptos empoderamiento y participación van unidos y se refuerzan mutuamente. No hay participación sin empoderamiento, no hay empoderamiento sin participación.
La participación es un concepto cualitativo, no cuantitativo, que implica la oportunidad de ejercer influencia sobre los procesos sociales. Así que el número de mujeres usuarias o beneficiarias de una intervención no es indicador de la calidad de la intervención.
Las participantes no deben ser sujetos pasivos en la participación. Invitarles a opinar o a tomar decisiones sobre el propio proyecto es un aspecto importante del empoderamiento. Al mismo tiempo, podemos introducir medidas específicas de promoción de la igualdad para reducir las desigualdades que por inercia se producen en los proyectos.
Siete Estrellas y el enfoque de género
Los educadores y educadoras sociales debemos ponernos las gafas moradas y revisar nuestro enfoque. Somos agentes de cambio y es un ejercicio de responsabilidad y profesionalidad ofrecer a la población la mejor intervención posible.
En Siete Estrellas estamos en continuo aprendizaje y evolución. Aplicamos en enfoque de género no solo en los proyectos con infancia y juventud sino de forma transversal en todos los programas de intervención social que atendemos.
Además, de forma complementaria trabajamos la promoción de la igualdad hacia dentro de la organización, como cuestión de coherencia con el trabajo social que ejercemos hacia afuera. Lo hacemos a través de las medidas adoptadas en nuestro Plan de Igualdad como por ejemplo, formación interna, manuales de lenguaje inclusivo, protocolos de acoso sexual o prácticas de selección en base a medidas de acción positiva.
1 comentario en «Cómo fomentar la igualdad de género en la Intervención Social: 4 preguntas clave»
Gracias