No nos enseñan a aprender a emprender, y mucho menos en lo social, aunque la vida misma nos orienta a la toma de decisiones, nos invita a lanzarnos a nuevos desafíos y a decidir entre alternativas. Creer en nosotros/as mismos/as se convierte en algo esencial. No podemos saber de todo ni contar con experiencia si no hemos hecho nada antes, pero sí podemos adquirir recursos y mejorar nuestras habilidades sociales. De esta forma sentiremos que, con independencia de la situación, podremos desempeñarnos con cierta eficacia. Lo que siempre se ha dicho «salir airosa/o».
En lo social, aparte de ese «salir airoso/a», está claro que buscaremos algo más. Nuestro principal objetivo va a ser tener un impacto social, a través de una gestión transparente y unos objetivos sociales bien definidos desde la estrategia.
Objetivo: negocio rentable
Incluso cuando tenemos la visión de iniciar una empresa integrada en la economía social, el concepto de rentabilidad estará presente. Es importante cuidar los procesos productivos para satisfacer nuestro deseo de aportar soluciones empresariales a retos sociales, al mismo tiempo que nos permiten vivir y podamos ir obteniendo más beneficios con los que responder mejor a ese problema social.
¿Ampliamos la zona de confort?
Aprender a emprender es un proceso, con una serie de hitos. Como en cualquier iniciativa que tengamos, debemos ir discriminando la información que nos llega. No todo nos será útil. Incluso si viene de una persona que tuvo que aprender a emprender en su día, el tener un pensamiento crítico nos va a ayudar. Cada persona parte de una situación distinta, y cada sector difiere entre sí, lo que se une a dónde vayamos a impulsar nuestro proyecto. Eso sí, puestos/as a ponernos referentes, mejor explora por casos de empresas sociales. ¡Seguro que te dan más ideas y se adecúan más a lo que te has propuesto!
Caer en la parálisis por análisis es una posibilidad, y con este artículo no queremos incentivarla. Lanzarse a la piscina y comprobar que no tiene el suficiente fondo o está vacía es doloroso. De todos modos, no podemos quedarnos fuera, y dudar incluso de meter el pié para comprobar la temperatura.
Es hora de tomar parte en nuestro aprendizaje, desarrollarnos en la dirección más adecuada para estar alimentando la viabilidad del proyecto de emprendimiento social con el tiempo invertido. Aprender a emprender es un proceso activo. Los títulos pueden hacernos sentir respaldados/as, pero debemos priorizar el aprendizaje, bien sea por un curso, de forma autodidacta, o mediante algún programa de educación informal. Precisamente, quienes nos dedicamos a lo social nos damos cuenta del gran poder que tiene la educación informal. ¡No la subestimes!
Cómo ser un/a emprendedor/a social
Desarrollo de habilidades sociales y competencias
Flexibilidad, capacidad de adaptación, asertividad, habilidades para el trabajo en equipo, creatividad, liderazgo, planificación y gestión, gestión del estrés… ¡Y la lista podría continuar! ¿De verdad no cuentas con estas habilidades? Son las mismas que te sirven de colchón para lanzarte a un viaje en solitario, buscar una nueva vivienda u organizar tu agenda de forma coherente.
Es posible que no todas las habilidades y competencias las tengas en el mismo punto. Al aprender a emprender, piensa cuáles llevas peor, y plantea estrategias con las que incrementarlas.
Aprendizaje de metodologías específicas
Lo anterior podría parecer un poco etéreo. ¿Asertividad es conseguir lo que te propones? ¿Adaptación es conformismo? ¿Gestionar el estrés es poder dormir bien por las noches?
En cambio, en este apartado es más fácil ser objetivos/as. Hay metodologías para aprender a emprender y trabajar en la viabilidad de la idea de negocio. Por un lado, tenemos CANVAS, una de las más usadas en las empresas. Es una herramienta sencilla, y tiene distintas versiones. La que más te interesará será Social Canvas. Analizarás objetivos, problemas, soluciones, indicadores claves y tu propuesta de valor, junto a la ventaja diferencial y los canales de comunicación. Asimismo, te servirá para conocer mejor tus segmentos de clientes/as y la sostenibilidad financiera.
De cara al fomento de la innovación, destaca el uso del Design Thinking, con el que se busca entender las necesidades reales de usuarios/as y darles solución. La empatía, el trabajo en equipo, el prototipado y el enfoque en lo lúdico son sus máximas características.
Hay muchas más metodologías, puede que algunas te suenen: Dragon Dreaming, SROI (Retorno Social de las Inversiones), SRS (Social Reporting Standard), REAS- Balance Social del Mercado Social… Te pueden servir tanto para aprender a emprender como cuando tengas tu negocio social.
Crea una red de contactos. ¡Haz networking!
El networking no es una nueva moda, se trata de un recurso que, con distintos nombres, lleva practicándose desde siempre. Gracias a él, puedes conocer a grandes profesionales, proyectos inspiradores, potenciales clientes/as o parterns, impresiones de tu propio proyecto o posibles compañeros/as con los que lanzarte a emprender. En esto de aprender a emprender, mantener una actitud abierta es un plus.
Para contar con situaciones en las que hacer networking, recomendamos estar al tanto de jornadas temáticas para profesionales. Son, en sí mismas, oportunidades de aprendizaje. Te enfrentarás a reflexiones que no tienen por qué coincidir con las tuyas, y verás en vivo aplicaciones de acciones que para ti eran solo teoría.
Céntrate en una causa social
No tenemos magia, ni nuestro tiempo es infinito, así que aprender a emprender en lo social es también aprender a decir no a ciertas causas sociales. Tendrás más impacto social con la especialización. Así, podrás adquirir mucha más información del colectivo en el que te centres y actualizar tu formación periódicamente.
Al investigar, probar, innovar y medir resultados en una dirección, aumentarás el éxito en tus objetivos. Además, evitarás la frustración de no poder abordar todo, y esto facilitará que continúes siendo perseverante.
Estructuras horizontales y división del trabajo
Quizá desde el mismo inicio ya hayas conformado un equipo de gente inquieta con ganas de emprender y montar una empresa social. Quizá no, pero asume que será algo que venga y que apreciarás mucho. Cada persona que se una aportará algo nuevo, frescura, nuevas energías, formación específica… ¿Cómo organizar algo heterogéneo?
En la economía social se opta por asambleas y un modelo de decisiones compartidas. Las jerarquías no son necesarias, y la horizontalidad es lo que define a las empresas. Se crean distintos grupos de trabajo, pero la información fluye por quienes componen la empresa.
Es un ejercicio interesante, ya que de él depende que mantengamos la coherencia con nuestros valores. La participación, como defendemos y promovemos en Siete Estrellas, es esencial para el desarrollo. Puede parecer un reto, que resolveremos con un organigrama claro, y un sistema de comunicación eficaz. El tener una misión compartida, y el que nuestras opiniones sean escuchadas y valoradas para proyectar nuevas acciones, verás que desencadena en un mayor sentimiento de pertenencia.
La empatía en el emprendimiento social
Con empatía, detectaremos mejor las necesidades de los distintos colectivos que componen una sociedad. La empatía va más allá de ponerse en el lugar de la otra persona, y necesita de una escucha activa libre de prejuicios y de una atención particular a las señales no verbales. Necesitaremos preguntar, adquirir información o, incluso, realizar sesiones de cocreación.
Un impulso de Siete Estrellas
En Siete Estrellas contamos con formación y experiencia en empoderamiento de las personas, de todas las edades.
Si nos remontamos a nuestros orígenes, hemos visto cómo se vive al otro lado: los miedos y dudas, el papeleo y la ilusión. A través de esa incertidumbre que caracteriza a cualquier proyecto emprendedor, conseguimos consolidarnos. Actualmente, puedes recurrir a nuestro equipo para consultoría en temas de emprendimiento social. Acompañamos desde el mismo diseño del modelo de negocio hasta la implementación de la idea y de la estrategia. Asimismo, enseñamos a realizar una buena comunicación.
Contacta con nosotras/os si quieres aprender a emprender para arrancar una empresa con orientación social, y termina teniendo una empresa triple balance: social, medioambiental y económico. ¿Hablamos?