La compañera que impartió la sesión formativa que recibimos el mes pasado comenzó recalcando una idea: la importancia de analizar el poder en nuestras relaciones para identificar situaciones de violencia de género.
A priori, es una idea clara y que parece sencilla, pero, cuando nos detenemos a pensar, quizá nos resulte difícil acordar en qué consiste exactamente el poder, dónde lo encontramos, cómo nos afecta, cuándo lo ejercemos, cómo lo construimos y así podríamos seguir largamente, incluso añadiendo otras palabras que cambiarían su significado: poder «para», poder «sobre», poder «con»…. ¿Será que todas/os tenemos poder o sólo lo tienen unos/as pocos/as? O, ya que estamos, abrir otra línea de pensamiento que nos podría inspirar alguno/a de los/as niños/as con quienes trabajamos a partir de una inocentepregunta: «¿pero…el poder es bueno o es malo?» Seguramente la respuesta tenga que ver con los fines con los que lo utilizamos y con las relaciones que construimos a partir de su inevitable presencia.
Esto no quiere decir en absoluto que todo valga,o relativizar su existencia; más bien al contrario. Para que el patriarcadofuncione, necesita el sometimiento de las mujeres y para ello se sirve de diferentes estrategias, como por ejemplo, el protagonismo masculino en todas las esferas de poder.
¿Cómo podemos explicar y hacer visible esto con las personas con las que trabajamos? Os proponemos una dinámica corporal para trabajarlo que nos parece muy clara.
Les colgamos a las y los participantes un rol en la espalda (es importante que no lo vean). Algunos ejemplos: presidente del gobierno, cura, empresaria, madre, padre, sin techo, mujer joven inmigrante, obrero, anciano,activista, niña, adolescente, futbolista…
La primera consigna que hay que dar es que hay que estar siempre en silencio y sin decirse unos/as a otros/as quiénes son.
Para comenzar, tienen que mirar el cartel del resto e interactuar durante unos minutos. Después de este primer momento, se les pide que se imaginen quiénes son por cómo han sido tratadas/os, y que actúen en consecuencia con el resto. Por ejemplo, si me imagino que soy una persona famosa, ¿cómo me relaciono con un obrero? Y así.
A continuación, hacemos una línea de poder imaginaria y les pedimos que se coloquen de mayor a menor poder en función de lo que piensen que tienen(siguen sin saber quiénes son, pero se lo imaginan).
Después, cada cual dice quién cree que es (y por qué) y descubre su cartel.
Una vez que sabemos quiénes son los personajes y por el mundo que vivimos: ¿colocaríamos lalínea de poder de diferente manera? ¿Por qué? ¿Qué tipo de poder tienen los diferentes personajes? Si los carteles tuvieran otro sexo, ¿quedaríamos igual? Y en un mundo imaginario que deseáramos, ¿cómo estaría colocada esa línea?
Esta dinámica genera un debate muy interesante sobre el poder, y también ayuda a ver, «de un plumazo», qué es el patriarcado: en todos los planos (económico, simbólico, político, espiritual…) dominan ellos.
Para cualquier duda o comentario sobre la dinámica, o sugerir otras que puedan servir para trabajar esto, ya sabéis que la comisión de igualdad siempre está abierta a quienes formáis parte de Siete Estrellas trabajando en la entidad o leyéndonos y permaneciendo al tanto de nuestra actividad. ¡Esperamos vuestros comentarios!
En Siete Estrellas creemos en la Igualdad de Género, y no solo creemos en ella, sino que la practicamos. Elaboramos un Plan de Igualdad de Oportunidadescon el Instituto de la Mujer e Igualdad de Oportunidades, y dirige las prácticas de selección, la movilidad interna, la formación, e incluso, el lenguaje que utilizamos. Además, en nuestros programas y actividades de inclusión social, participación y dinamización social damos importancia al fomento de la igualdad.