Durante años la creatividad se ha tenido como una capacidad que parecía que no podía activarse. Sin embargo, es posible fomentarla y en cierto modo ‘provocarla’, especialmente al trabajar en proyectos socioeducativos.
Aplicar distintas técnicas y juegos que ‘activen’ esta creatividad no es solo un fin en sí mismo, sino también una vía para generar mejores dinámicas dentro del grupo que faciliten la cohesión y el descubrimiento tanto por los educadores como de los propios participantes de conocerse a sí mismos.
“Para fomentar la creatividad hay que hacer que los participantes exploren con materiales o retos con los que no están acostumbrados. Esto lógicamente cambia con la edad o la situación de cada grupo al que se atiende. Con los más peques por ejemplo como bebés se puede trabajar haciendo actividades con harina o con arroz, para que creen sus propias formas. Con adolescentes, se suele partir de cosas que les motivan, como los videojuegos, por ejemplo, y así variando en función de cada situación. Pero, en el fondo, se trata de lo mismo, fomentar con algo que les gusta la creatividad”, cuenta David Sierra, técnico de Siete Estrellas -SocialMente.
Ahora sabemos que hay formas mucho más accesibles de trabajar la creatividad en grupo, y aquí te vamos a contar algunas técnicas de fácil aplicación.
6 maneras de activar la creatividad en un proyecto socioeducativo
Parte de proyectos abiertos usando el design thinking
Los educadores pueden animar al grupo a investigar un tema o una pregunta de su elección. Ellos serán los responsables de idear los temas, investigarlos y, en última instancia, sacar sus propias conclusiones fundamentadas.
El Design Thinking o Pensamiento de Diseño es un planteamiento que nace del área del diseño de producto pero que ha demostrado tener aplicación en multitud de ámbitos, siendo especialmente útil en el socioeducativo para fomentar la creatividad.
Del Design Thinking extraemos su capacidad de generar experiencias de aprendizaje más rupturistas porque parte de la vocación de poner al participante en el centro, “siendo en este caso el que va avanzando en la definición de los problemas y cómo solucionarlos”, nos dice David.
Fomenta la creación de diarios en grupo
Para despertar la creatividad, se puede fomentar la creación de un diario o periódico de las actividades con roles alternativos. Que cada semana por ejemplo uno de los participantes tome el rol de cronista, otro de fotógrafo/a de las actividades. Actividades de este tipo -nos dice David- “pueden contribuir a que encuentren una nueva pasión o descubran capacidades y pasiones que hasta ahora no habían trabajado”.
Sesiones de lluvia de ideas
Hablamos de los clásicos brainstorming que puede parecer que son solo cosas de grandes creativos publicitarios. Generar entre el grupo lluvias de ideas para solucionar problemas cercanos, o también grandes retos -¿Qué harías para ayudar a alguien en una situación de necesidad? ¿Cómo harías para reducir el número de mascotas que se abandonan cada año?- puede dar lugar a respuestas muy creativas que además generen pensamiento crítico.
Usa materiales de aprendizaje no convencionales:
Más allá de juegos, documentales o libros, intenta imaginar qué podría hacer un grupo involucrado en un proyecto socioeducativo por ejemplo con una bola del mundo. Haz que le den vueltas hasta detenerse en un país aleatorio y a partir de ahí hacer talleres para que piensen sobre cómo es la vida en otros lugares.
Gamificación y (por qué no) videojuegos
Un estudio realizado por la Universidad Estatal de Michigan encontró recientemente una correlación entre los estudiantes que juegan a videojuegos y los niveles más altos de creatividad. Es cierto que según qué videojuegos pueden generar dinámicas no del todo beneficiosas -más allá de temáticas, por el mismo número de jugadores que permiten- pero hay otros que involucran a todo el grupo y que pueden dar rienda suelta a ideas y preguntas entre todos.
Otra versión de esto puede ser crear una especie de escape room adaptado en el que cual el grupo deba ir colaborando para resolver incógnitas que se le plantean. “Los escape room son una fórmula con la que hemos trabajado mucho al igual que con juegos como Kahoot.it”, nos cuenta David.
Involucrar a los participantes en la formación
Los educadores y educadoras pueden hacer que cada semana sea uno de los miembros del proyecto quienes propongan algunas de las actividades a tratar. Démosles responsabilidades y campo abierto para que generen sus propias actividades. Si se empareja a los participantes con dificultades con los que destacan, la enseñanza fomenta la creatividad al desarrollar nuevas formas de trabajar en equipo empatizando.
“Como hemos dicho, según el tipo de colectivo con el que trabajamos la propuesta varía. Con los adultos se parte de la proposición, con los adolescentes y menores de cierta edad con lo que les motiva. Al final se trata de fomentar muchas veces que estén a gusto. Este contexto es muy importante para que la creatividad surja”, dice Sierra.
Ocio socioeducativo en Siete Estrellas – SocialMente
En Siete Estrellas – SocialMente somos especialistas en actividades inclusivas de ocio y tiempo libre dirigidas a la infancia y la juventud. Creemos que el ocio debe ir de la mano con la educación en valores, y aprovechamos todas las actividades que realizamos para fomentar la creatividad, la socialización, el empoderamiento y la participación.
Especialmente la participación, porque ¿quiénes mejor que los propios participantes para proponer y elegir sus propias opciones de ocio? Creemos que es parte de su proceso de desarrollo, y nuestra labor es guiarles y fomentar dicha participación a través de actividades de ocio planificadas. Nuestro equipo está formado por profesionales de la animación sociocultural, educadoras y educadores, y monitores/as de ocio y tiempo libre titulados/as que acompañan y supervisan todo el proyecto socioeducativo ¿Quieres conocer nuestra experiencia en este ámbito? Aquí te contamos más.